En nuestro término parroquial se sitúa la cárcel llamada “de Martutene”. Independientemente del tipo o gravedad del delito cometido, Dios siempre tiende la mano para el perdón. La Iglesia, la parroquia, quiere ser para los reclusos el rostro misericordioso del Padre que siempre da una nueva oportunidad. Si quieres colaborar con el equipo de voluntarios, ponte en contacto con nosotros.